Vigencia de Manuel Galich
Por Ana Laura Suárez Rivero
(Artículo publicado en: http://laventana.casa.cult.cu)
El pasado martes 21 de mayo se celebró en la Casa de las Américas el panel “Galich y el Caribe”, como parte de las jornadas del Coloquio Internacional La Diversidad Cultural en el Caribe.
El panel “Galich y el Caribe” tuvo como centro al destacado intelectual de origen guatemalteco Manuel Galich en la sala de la Casa de las Américas que lleva su nombre. La conducción estuvo a cargo de la directora del Centro de Estudios del Caribe Yolanda Wood, quien resaltó la intención del panel de rendirle homenaje en este año de su centenario, y se refirió a su estrecho vínculo con la institución en su calidad de compañero, investigador y fundador de importantes zonas como el Departamento de Teatro.
En su labor investigativa fue el Caribe una de sus pasiones, lo que le permitió crear un imaginario sobre el mismo cuya permanencia evidenció la doctora Lourdes Domínguez, presentada por Wood como “profesora, investigadora y amiga”. Como discípula y colaboradora de Manuel Galich en la Casa de las Américas, la panelista manifestó su intención de saldar una deuda con él, a través de su presentación, por todo lo que le inculcó: “Esta Casa fue mi guía y el jefe de esa guía fue el Doctor Galich”.
Entre los rasgos fundamentales de la visión del investigador sobre América, destacó el carácter integrador, continental, que le permitió la creación de Nuestros primeros padres, obra vasta e imprescindible sobre los pobladores originarios del Continente, “resultado amplio y entendible” de su visión de conjunto, que demuestra que “él había vivido la América y conocía los pueblos americanos”. Resaltó, no obstante, su preferencia por Centroamérica y, dentro de esta, por el Caribe que “lo deslumbró”. Se refirió, en este sentido, a la claridad de Galich en la postulación de hipótesis osadas para su momento sobre el poblamiento de las Antillas, cuya vigencia ha sido demostrada por la historia y es retomada hoy, como es el caso de haber fundamentado la traslación y expansión de los aruacos en su carácter biodinámico. No dejó de referir emotivamente la experiencia de haber trabajado tan cerca de esta figura prominente, y su impresión, al escucharlo hablar de la historia de nuestros pueblos, de “sentirse en el mismo lugar del que él hablaba”.
Una segunda parte del panel estuvo dedicada al lanzamiento del libro Tierras y aguas del Caribe, de la autoría del propio ensayista, cuyo original inédito fue encontrado y entregado a la Casa de las Américas para su publicación por Sergio Guerra Vilaboy, quien realizó la presentación junto a la también profesora de la Universidad de La Habana Vilma Díaz. Esta se refirió a la importancia de la figura de Galich en la formación de historiadores en la Universidad, y al carácter significativo del libro para darlo a conocer entre las nuevas generaciones. Asimismo, abordó el tema del ensayo, que se centra en la historia de las Antillas Menores y profundiza, de este modo, en esta importante faceta investigativa del autor.
Por su parte, Sergio Guerra se refirió a la vida multifacética del escritor, dramaturgo, polígrafo, político, periodista y profesor fundador de la Cátedra de Historia de la Universidad de La Habana; a sus dotes de orador que lo convirtieron en “el verbo de la revolución guatemalteca” de 1944 y recurrió, especialmente, a su propia experiencia como su compañero de cátedra, pues “lamentablemente ―dijo― no lo tuve como profesor en las aulas”. No obstante, lo definió como su maestro, por todo el conocimiento que adquirió a través de su obra. Su carácter “nunca agobiado, con un humorismo siempre a flor de labios”, su extraordinaria capacidad verbal, “su presencia siempre estimulante que nos impactaba a todos”, su sabiduría, lo convirtieron en un mito venerable para la Facultad de Historia: “En las clases de Galich uno aprendía nada más que con su presencia, porque implicaba sus experiencias de vida”.
“El centenario de Galich ―concluyó― es una ocasión para volver a divulgar su obra y para tenerlo siempre entre nosotros”. El merecido homenaje culminó con la puesta en circulación del volumen y con la promesa de dar continuidad al tributo de la Casa de las Américas a esta eminente personalidad a través de diversas actividades y publicaciones, como la reedición próxima de Nuestros primeros padres.